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De los asuntos tratados en las lecturas, el que más me ha llamado la atención es el tema de la no publicación de resultados negativos. Cuando hablamos de ensayos médicos, no hacer públicas las evidencias negativas puede acarrear graves perjuicios para la salud de los pacientes. Si de una investigación sobre la efectividad de un medicamento, se han hecho 100 ensayos, 50 han dado resultados positivos y los otros 50 negativos, y posteriormente se publican los 50 positivos y 25 negativos, se está fomentando el sesgo del conocimiento y probablemente se tome como medicamento beneficioso un fármaco que posiblemente no lo es tanto si se analizaran los otros 25 ensayos negativos, que tal vez nos aportaran matices que en ocasiones pueden ser definitivas. Los obstáculos por los que pasan estas investigaciones para que sus resultados salgan a la luz y sean de utilidad, supongo que se deben a varias causas. Una puede ser la tendencia del científico a no dar valor a los ensayos cuyos resultados no son positivos, por el hecho de que no ha concluido “lo esperado”. Otra puede ser la criba que hacen las revistas científicas, y su tendencia a rechazar investigaciones con resultados negativos. Y otra puede ser, los intereses económicos, en este caso de las farmacéuticas. Son empresas privadas, cuyo objetivo final es el beneficio económico… Si en la escala de prioridades, tienes la cuestión monetaria en primer lugar, siempre intentarás fomentar los estudios que a ti te faciliten seguir comercializando un producto, en este caso fármacos. Es complicado este asunto, pero parece que vital para que los esfuerzos científicos sean lo más efectivos posibles. Como se comenta en el vídeo, si de cien veces que se lanza una moneda, 50 cae de cara y 50 en cruz y solo publicamos los 50 ensayos de cara, podremos llegar a concluir que las monedas solo caen de cara…
En el campo de las ciencias sociales encontrar ejemplos concretos de fraude, pareidolia o lo anteriormente comentado, me resulta complicado, pero de lo que si podemos encontrar mucho, sobre todo en el campo de la historia, son ejemplos de “dulcificación” de hechos.
Muy comentado fue el caso del libro de texto de la editorial Anaya. La referencia que hacía en cuanto a las vidas de los poetas Lorca y Machado. Según este libro, el exilio forzado de Machado junto a su madre, se resume de la siguiente manera: “Pasados unos años, se fue a Francia a vivir con su familia. Allí vivió hasta su muerte”. En el caso del fusilamiento de Lorca al comienzo del golpe de estado, el libro lo resume así: “Federico murió cerca de su pueblo durante la guerra en España”. Vemos que hay una clara intención de falsear la realidad histórica.
En el campo de las ciencias sociales encontrar ejemplos concretos de fraude, pareidolia o lo anteriormente comentado, me resulta complicado, pero de lo que si podemos encontrar mucho, sobre todo en el campo de la historia, son ejemplos de “dulcificación” de hechos.
Muy comentado fue el caso del libro de texto de la editorial Anaya. La referencia que hacía en cuanto a las vidas de los poetas Lorca y Machado. Según este libro, el exilio forzado de Machado junto a su madre, se resume de la siguiente manera: “Pasados unos años, se fue a Francia a vivir con su familia. Allí vivió hasta su muerte”. En el caso del fusilamiento de Lorca al comienzo del golpe de estado, el libro lo resume así: “Federico murió cerca de su pueblo durante la guerra en España”. Vemos que hay una clara intención de falsear la realidad histórica.
Es verdad que en ciencias sociales hay complicaciones extra. No solamente se trata de coleccionar hechos, sino de contextualizarlos y elaborar con ellos un relato completo y con sentido, y ese proceso está sujeto a un montón de interferencias. De hecho los datos de la versión dulcificada son correctos, es su contextualización y significado (precisamente por omisión de datos "negativos") lo que nos chirria.
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