¿Es necesario incorporar las Nuevas Tecnologías de la Información para conservar y trasmitir el Patrimonio Cultural Inmaterial?
Mi objeto de estudio será el Patrimonio Cultural Inmaterial de Navarra. Debido a su carácter intangible, posee una alta fragilidad, por lo que establecer cauces de mediación relacionados con las nuevas tecnologías puede ser muy interesante para afrontar su salvaguarda y transmisión. Esto nos permitiría atender al peligro del relevo generacional, fomentar la transmisión patrimonial de una manera dinámica y actual, conseguir una mayor sensibilidad generacional (principalmente de los jóvenes), pero siempre teniendo presente que «no pueden ser el sustituto de los contextos originarios, sino coadyuvar a su difusión» (Asiáin, 2013: 150).
Esta precaución hay que
tenerla en cuenta debido a la distancia corporal en la que nos sitúan las
herramientas virtuales. La salvaguarda y
difusión del PCI, contribuyen al mantenimiento de la diversidad cultural y al
respeto y conocimiento entre colectivos y culturas diferentes.
“El patrimonio, como
construcción sociopolítica para la consolidación de un determinado nosotros colectivo
se había restringido hasta los años 50 (del siglo XX) a la dimensión material u
objetual de una parte de la cultura, representando a las élites sociales con
mayor poder político-religioso o económico, o a los gustos e ideales estéticos
de la cultura occidental. Desde los años 50, pero fundamentalmente desde fines
de los 80 y durante los años 90, hasta nuestros días, en diversos ámbitos de la
tutela patrimonial, sobre todo en la UNESCO, se introduce un nuevo concepto de
patrimonio ligado al concepto antropológico de cultura, que aporta nuevas
perspectivas teóricas y nuevos protagonistas en el campo del patrimonio.”
(Carrera, 2004:2)
Es también destacable
su relevancia en cuanto a desarrollo sostenible. Por ejemplo, la transmisión de
la tradición oral como pueden ser las leyendas, adivinanzas, refranes...,
establece un vínculo entre el emisor y el receptor, que da lugar a las
relaciones intergeneracionales entre el adulto y el niño, creando cauces de
comunicación en los que se experimenta la autoridad y de ello se deriva el
respeto a la vejez. El teatro o los juegos tradicionales, implican a varios
individuos de diferentes edades, generando cauces de comunicación
intergeneracional y reforzando la cohesión de la comunidad. También fomentan
las habilidades artísticas y creativas de los miembros del colectivo. Por otra
parte recordar y transmitir la memoria oral, ayuda a conocer las causas y
consecuencias de los acontecimientos y situaciones que nos rodean, pudiendo
así, afrontar los retos futuros con cierta solvencia conceptual.
La actual era de la
globalización en la que vivimos, junto con los medios de comunicación de masas,
tienden a olvidar cuestiones que no sean tangibles. Vivimos en un mundo ultra-
conectado, en el que los estímulos visuales nos desbordan y nos detienen. No
hay mucho tiempo para la memoria. Hasta hace 4 o 5 décadas, este acervo
cultural se mantenía y transmitía a través de la oralidad. Hoy en día la
transmisión oral, encuentra barreras de tiempo, generacionales, situacionales,
pero por otra parte su aparente enemigo (la globalización) puede convertirse en
su mayor aliado: las nuevas tecnologías. Donde antes el canal era el lenguaje,
la palabra, ahora lo podemos sustituir por las nuevas tecnologías de la
comunicación; véase páginas web, aplicaciones móviles, redes sociales,
dispositivos electrónicos...
La globalización y su
homogeneización a escala mundial, ha dilapidado formas de vida tradicionales
por otras importadas. Pero por otra parte, ha posibilitado la difusión de
aspectos culturales a gran escala, facilitando el enriquecimiento de estilos
culturales compartidos.
Esta homogeneización en
masa, ha traído consigo la necesidad de diferenciarse del resto, es por ello
que la afirmación de la propia identidad ha tomado protagonismo. Las
comunidades realzan sus aspectos culturales colectivos para respirar en este
todo masificado y homogéneo. Es así como la identidad cultural se toma en
valor.
Podemos considerar que
el patrimonio inmaterial es el vínculo entre generaciones.
La transmisión intergeneracional, es vital para que este bagaje
cultural perdure y no muera. Con la entrada de la modernidad, se puso de
moda que para ser modernos había que dejar atrás los usos pasados
y así avanzar hacia el futuro. Con este pensamiento se corre el riesgo de
olvidar nuestros orígenes e intercambiar nuestra identidad por una prefabricada
y enlatada. Es evidente que la sociedades son un elemento vital, que evoluciona
con el devenir del tiempo, pero esto no debería de ser contrario a conservar y
conocer de donde venimos y quienes somos, esto es el principal soporte de la
identidad. Independientemente de la edad, los individuos como animales
sociales, pertenecemos a un colectivo, una comunidad que nos da sentido
identitario. Tenemos unos antepasados y nos convertiremos en los progenitores
del futuro. Conocer el acerbo cultural que nos ha traído a nuestros días es
vital para que este no se entierre en el olvido. Si no conseguimos salvaguardar
y difundir esta memoria colectiva, en algún momento se perderá para siempre.
Es en este punto donde la transmisión intergeneracional juega un
papel fundamental. Construir canales de comunicación que impulsen esta difusión
de conocimiento, es prioritario para que el mensaje fluya y no se diluya.
En ocasiones, nos encontramos con la llamada brecha generacional.
Donde el colectivo más joven carece de mecanismos que le acerquen a los
colectivos más adultos de la comunidad. Este aspecto, se convierte en un
obstáculo, en el momento en el que la comunicación no fluye debido a que no
existe un canal.
Una de las fuentes de
información más valiosas son las personas mayores. Muchas de ellas son
portadoras de la memoria colectiva de la comunidad. El devenir de los tiempos
modernos ha supuesto la falta de tiempo, la rapidez de los acontecimientos. Es
difícil encontrar el tiempo suficiente para que el canal de transmisión antiguo
(la oralidad) funcione. Por ello es interesante utilizar canales de
comunicación e información actuales que nos permitan hacer fluir estos mensajes
intangibles.
Además, el abandono de
bienes inmateriales, no es tan visible como el abandono de un bien mueble o
inmueble. Esto ha provocado que lo inmaterial reciba menos atención por parte
de la administración y las instituciones y menos presupuesto para su mantenimiento
y rescate.
Considero que el
desarrollo de un proyecto piloto con aplicaciones móviles, nos podría facilitar
una plataforma multimedia interesante para difundir y transmitir el PCI de
Navarra. La intención es hacer material lo inmaterial. Para acotar nuestra
investigación, utilizaremos un estudio de caso: me centraré en el municipio de
Ujué/Uxue, perteneciente a la Comunidad Foral de Navarra, situado en la
merindad de Olite, en la comarca de Tafalla.
Mi intención es
explorar la historia cultural de la localidad, sus paisajes culturales y las
diferentes manifestaciones culturales de la zona.
Posteriormente, se
analizará la educación patrimonial actual y, a partir de estos datos, se
propondrán diversas aplicaciones móviles basadas en realidad aumentada.
¡Qué extensa presentación!
ResponderEliminarGracias